Toda la noche hasta el amanecer.
Oscuridad. Suspiros repentinos. Manos que se cruzan, divertidas, ligeras. Desabotonan, buscan, encuentran. Una caricia, un beso. Y otro beso y una camisa que resbala. Un cinturón que se abre. Una cremallera que baja lentamente. Un salto. Feliz de estar allí. Cabellos alborotados y camas incómodas. Bocas en busca de mordisco. Y dos corazones acelerados que no frenan, que están a punto de chocar.
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